468 07/05/16 De Mª.Stmª. SE APRENDE PRACTICÁNDOLO

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, ¿Cómo se aprende? ¿Cómo aprendéis las cosas en la vida? Por propia experiencia, viéndolas, razonándolas, o sintiéndolas, al menos.

Una ciencia, o un deporte cualquiera, se aprende practicándolo. De otra manera, el conocimiento que de ello se tenga, suele ser imperfecto, pues por libros o explicado en la pizarra, sirve sólo de introducción, y aunque es cierto que se puede llegar muy lejos en la teoría, sin la práctica, resulta incompleto.

Así, a lo que vamos, a amar se aprende amando. Es cierto que sin Él, no podéis hacer nada, (Jn 15, 5) pero tiene unos deseos de ayudar… infinitos. Ya, el simple querer es Obra Suya, y quedáis a la espera de que os señale el camino para vuestro encuentro con Él…

Y en esta escuela de la Vida de Amor, el Maestro, el Espíritu, se parece mucho a los maestros de la tierra, permite que aprendan teoría alumnos engreídos y distantes de Él, pero no Les da participación en Su propia Vida divina. Eso no os interesa. Sería usaros como simples instrumentos para divulgar Su Voz y Su Saber, pero como un lápiz que se abandona en cualquier momento…

Él resiste a los soberbios y da Su gracia a los humildes. (Stg. 4, 6) Con ellos comparte Su Vida, y no son simples voceras, sino que… no en todo momento, sino sólo cuando les es preciso, son orientados en la Vida, para lo que han de decir u obrar, si son dóciles y se dejan llevar por Él, amando y desbordando este Amor en obras de misericordia.

Sed, pues, muy humildes en esta Escuela de Amor, donde habéis sido introducidos, dejaos amar, y orando, amad mucho, pues dependéis del Amor para ello.

Yo os bendigo, hijos, muy especialmente en esto, con todo Mi Corazón de Madre, ya que sólo lo que hayáis pasado por Amor a Dios y al próximo, os servirá para algo. Quedad en paz. Así sea.

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