472 13/08/16 De Mª.Stmª. SENCILLEZ Y SIMPLICIDAD

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, como consagrados a Mí, os quiero en la sencillez y simplicidad, ¡sencillos como palomas!, (Mt 10, 16) que de los que son cándidos como niños, es el Reino de los Cielos.

Ser sencillos, hijos, es parecerse a Jesús, al Padre, y a vuestro Director, el Espíritu Santo. Ser sencillo no es decir a cada momento lo primero que se os ocurra sin pensar en nada ni medir las consecuencias de vuestras palabras. La sencillez está en la intención, que debe ser única y no doble, y amorosa, orientada a la Gloria de Dios y a la salvación del alma con quien habláis.

Por eso añadió Mi Jesús “prudentes como serpientes”. (Mt 10, 16)  Prudencia es pensar un poco, no esperéis que Dios os lo dé todo hecho, pues si os ha concedido inteligencia, memoria y voluntad, es para que las uséis en el buen combate, alerta por sus intereses, que son las almas, Su gloria, que también será la vuestra, unida a Él.

Dios es simplicísimo, todo en Él está claro, nada hay oculto sino para ser descubierto. (Lc 12, 2)  Mirad que tenéis infinidad de testigos en el Cielo pendientes de vuestros actos. (Hbr. 12, 1)  Desechad, pues, la intención doble, egoísta, desechad toda trama, toda corrupción, toda hipocresía, toda vanidad, toda maldad, y alabad a Dios, que cuanto más sencillos seáis, más confiareis en Él, y menos en vosotros mismos, como el niño que empieza a andar, y se fía más de la mano de su madre, que de sí mismo.

Hijos, Yo bendigo a cuantos se esfuerzan en esta meta de la vigilante sencillez e intención recta. Quedad en paz. Así sea.

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