Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, consagrados a Mí, hoy os digo, como aquél refrán vuestro: “Más atrae una gotita de miel, que un barril de vinagre”, que el Padre Celestial aprecia mucho más cualquier cosa que Le hagáis con cariño, con un corazón sencillo, sincero y humilde, que otra grande con malos modos, imponiéndose a los demás, a vuestros hermanos, con altanería, para conseguirlo.
¿Verdad que vosotros mismos apreciáis más un plato sencillo, tomado en el ambiente agradable del hogar, hecho y ofrecido con cariño, que un menú muy costoso, de compromiso, de etiqueta, adonde se murmura y se observan mucho unos a otros, y os sabe mal?
No seáis de miras estrechas en esto del Amor, es como vallar un jardín que antes tenía por límite el horizonte… [1]
En fin, que vuestro Padre Celestial os ha puesto en un sitio concreto, según planes de Su infinita y eterna Sabiduría, y lo debéis de aceptar, a esto estáis llamados, a hacer con perfección las pequeñas cosas, despreciadas por los demás, por bajas y escondidas, por humildes, rutinarias y poco valoradas, pero para Él, si lo hacéis con cariño, ofreciéndoselo, vale más que arrebatar un imperio adonde no os llamó, que no quiso, y como va sin Amor, sin Caridad, sin verdadera unión con Él, no Le sirve para hacer Su Obra en vuestra alma.
En fin, hijos, os animo a amar buscando qué es lo que agrada a Dios, lo oculto y escondido. ¡Ejemplo tenéis en la Sagrada Familia! Y con esto, a ser felices ahí abajo aceptando y amando todo lo que Él envíe.
Yo os bendigo como Madre vuestra y pido la bendición del Cielo para todos los humildes y pobres de espíritu. Quedad en paz. Así sea.
[1] No tiene conexión con lo que precede, ni con lo que le sigue… ¿?