370 19/09/14 De Mª.Stmª. HECHO Y OFRECIDO CON CARIÑO

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, consagrados a Mí, hoy os digo, como aquél refrán vuestro: “Más atrae una gotita de miel, que un barril de vinagre”, que el Padre Celestial aprecia mucho más cualquier cosa que Le hagáis con cariño, con un corazón sencillo, sincero y humilde, que otra grande con malos modos, imponiéndose a los demás, a vuestros hermanos, con altanería, para conseguirlo.

¿Verdad que vosotros mismos apreciáis más un plato sencillo, tomado en el ambiente agradable del hogar, hecho y ofrecido con cariño, que un menú muy costoso, de compromiso, de etiqueta, adonde se murmura y se observan mucho unos a otros, y os sabe mal?

No seáis de miras estrechas en esto del Amor, es como vallar un jardín que antes tenía por límite el horizonte… [1]

En fin, que vuestro Padre Celestial os ha puesto en un sitio concreto, según planes de Su infinita y eterna Sabiduría, y lo debéis de aceptar, a esto estáis llamados, a hacer con perfección las pequeñas cosas, despreciadas por los demás, por bajas y escondidas, por humildes, rutinarias y poco valoradas, pero para Él, si lo hacéis con cariño, ofreciéndoselo, vale más que arrebatar un imperio adonde no os llamó, que no quiso, y como va sin Amor, sin Caridad, sin verdadera unión con Él, no Le sirve para hacer Su Obra en vuestra alma.

En fin, hijos, os animo a amar buscando qué es lo que agrada a Dios, lo oculto y escondido. ¡Ejemplo tenéis en la Sagrada Familia! Y con esto, a ser felices ahí abajo aceptando y amando todo lo que Él envíe.

Yo os bendigo como Madre vuestra y pido la bendición del Cielo para todos los humildes y pobres de espíritu. Quedad en paz. Así sea.

[1] No tiene conexión con lo que precede, ni con lo que le sigue… ¿?

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369 18/09/14 De Mª.Stmª. LA IMPORTANCIA DE LO PEQUEÑO

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, consagrados a Mí, sabed que nunca se recalcará bastante la importancia de lo pequeño, de lo mínimo, de lo más bajo y humilde que cumpla la Voluntad de Dios. Ya lo dijo Mi Jesús: “Si no os hiciereis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos” (Mat. 18, 3) y “El que es fiel en lo poco, en lo pequeño, lo será también en lo mucho, en lo grande”. (Lc. 16, 10)

Hijos, la naturaleza os enseña, contempladla, y también la vida misma, con todas sus circunstancias. Un tejido orgánico, o mineral, es maravilloso, y está compuesto de átomos insignificantes, cada uno de ellos asombra a los sabios, que aún hoy día no pueden desentrañar su secreto.

Como el juego del ajedrez… si buscáis ganar a base de grandes ventajas o sacrificios de relumbrón, lo más probable es que perdáis la partida. Pero el que sabe ver las pequeñas ventajas, aprovecharlas y acumularlas, está en disposición de ganar.

Y el que quiere ahorrar mucho dinero para comprarse algo costoso… no debe gastar lo poco que tenga en la lotería, o vender lo que sea, o esperar una herencia… Mejor que sea ahorrador y sacrificado, y llevará camino de conseguirlo.

Lo mismo pasa en la vida espiritual. Un alma buena no debe esperar a que las grandes ocasiones le lleguen como llovidas del cielo… ha de entrenar su cuerpo, su mente y su corazón en no desperdiciar la rutina de las pequeñas ocasiones de todos los días. Que hasta en eso os dio lección Mi Hijo Jesús, varón de dolores acostumbrado al sufrimiento (Is. 53, 3) y a la obediencia, con sus treinta años de vida oculta y escondida en Nazaret.

¿Creéis que se concederá el martirio a un alma que hubiera despreciado al Padre los pequeños sacrificios diarios?… Pues no, antes estaría en peligro de apostatar.

Queridos hijos, Yo os bendigo en los esfuerzos de oración amorosa, sacrificio y penitencia. Quedad en paz. Así sea.

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368 12/09/14 De Mª.Stmª. COMO UN ESCULTOR…

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, consagrados a Mí, hoy, fiesta en que se recuerda Me impusieron el dulcísimo Nombre que llevo, os digo, que Mi Esposo el Espíritu quiere grabar el Nombre y la imagen de Jesús en vuestra alma.

Como un escultor… ¡ayudadle! Digo, como el escultor necesita martillo y cincel, tiene en la mente y en varios dibujos la imagen, pero Mi Esposo no puede hacer nada sin vosotros, y vosotros, sin Él.

Nada tiene de particular, un escultor es alma y cuerpo, el cuerpo no puede manejar sólo el cincel, ni el alma sola, tampoco. Pero Él se subordina a vosotros, a vuestra voluntad, y sabiéndolo, si queréis santidad, Le tenéis que dar pie a hacer Su Obra.

Fijaos en Mi Jesús, en cómo lleva la Cruz. Así debéis de llevar la cruz de cada día. La obra final será más perfecta cuanto más en sintonía esté vuestra alma con Mi esposo el Espíritu. Y ya sabéis que la perfección suma, la unidad total de voluntades en esto, está en Nuestros Sagrados Corazones con Él.

En fin, hijos, al hacer una escultura, se le va dando forma, se le quitan grandes bloques que deben de ser para vosotros las mayores ocasiones de pecar, y así se va formando la imagen. A continuación, se le quitan bloques menores, que son otras ocasiones, y dan perfil a las virtudes. Y cuando ya casi está, quedan los pequeños detalles, que son importantísimos, y que debéis cuidar al máximo.

Porque al final, del pequeño detalle, y de la finura o brusquedad con que se manejen los instrumentos que le dan forma, dependerá si una mirada es viva o apagada; si tiene amor u odio; si una sonrisa es bella, amable o irónica; si el gesto es simpático, servicial, dulce… u hosco, de enemigo.

Cuidad, pues, el detalle, la finura, en el trato con el Señor y con vuestros hermanos, para que la imagen que resulte, agrade a Nuestro Padre Celestial, por parecerse a Su Jesús.

Yo bendigo estos esfuerzos y estos planes sensatos de seguirle con toda el alma y corazón, en pura fe, por el Reino de los Cielos, y pido a Mi Esposo os dé el don de la docilidad en seguirle. Quedad en paz. Así sea.

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367 07/09/14 De Mª.Stmª. EL PROBLEMA DE LA ENTREGA TOTAL

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, consagrados a Mí, os digo, el problema de la entrega es sólo vuestro, personal, y depende de lo que améis a Dios, y al próximo, por Él.

En las matemáticas de la Gracia, sabéis que al que tiene, se le dará, y abundará, y que al que no tiene, se le quita aún aquello poquito que sí parece tener. (Mt. 13, 12) Mirad, pues, que tengáis algo, virtud sólida.

Sabéis también que el que se humilla es ensalzado, y el que a sí mismo se ensalza, o consiente, es humillado. (Lc. 14, 11) Si contempláis la infinita grandeza de Dios, y que nada podéis sin Él, os humillaréis dándole gracias, ensalzando, alabando y glorificando Su Santo Nombre.

Que el que pide, recibe, el que busca, encuentra, y al que llama, se le abre. (Lc. 11, 10) Si pedís la gracia de la entrega total, se os concede iluminando vuestra mente y corazón; si pedís confianza en Dios para no preocuparos de lo que os pueda pasar, también se os concederá, pero cada pasito a pasito lo dais vosotros. Si sabéis que cada esfuerzo se os multiplica al ciento por uno, y que ayudan todos los méritos ante el Padre de la Comunión de los Santos intercediendo por vosotros… ¿Por qué no os lanzáis? Hijos, es que no queréis, es problema sólo de vuestra propia voluntad, que se resiste a abandonar el hombre viejo.

Como nadie está autorizado por Dios Padre a permanecer aquí en la tierra, y entendéis que las únicas riquezas que al final cuentan son las del alma, todo lo demás lo habéis de dejar como basura fétida, abandonaos a Mí y pedís la gracia de ir conociendo algo más del Cielo, para que os ayude a la entrega total.

¡Dichosos vosotros si así lo hacéis y os mortificáis para dominar ese cuerpo que tanta guerra os da! Yo os bendigo y pido esta gracia de una voluntad de entrega por el Reino para vosotros. Quedad en paz. Así sea.

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366 05/09/14 De Mª.Stmª. VENDIERON CUANTO TENÍAN

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado, consagrados a Mí, bien sabéis que Mi Jesús comparó el Reino de los Cielos a un mercader que buscaba perlas finas, y hallando una de gran valor, va, vende cuanto tiene, y la compra. (Mat. 13, 45-46)

Esto les sucedió a los santos, despegados de la tierra, conocieron los bienes del Cielo, como S. Francisco de Asís, S. Benito Labre, Teresita y tantos y tantos… Vendieron y dejaron cuanto tenían por el Reino de los Cielos, y vivieron exultantes de alegría y felicidad.

¿Y Mi Jesús? ¿No era por ventura el primero de los mercaderes, como es el primero de los santos? Desde luego que sí: vendió su divinidad, en cierto modo dejó el seno del Padre para hacerse hombre en el Mío; dejó todos Sus bienes, hasta poder decir que no tenía donde reclinar la cabeza; vendió Su alma, le tuvo que consolar un ángel en el Huerto de los Olivos; vendió Su cuerpo, Su honor y Su gloria, fue escupido, abofeteado, crucificado entre ladrones, e insultado. Y todo, para conseguir esta perla preciosa de la Gracia santificante… ¿Sólo para vosotros? ¿No merecía la pena todo esto por Él, para Él, como recompensa? ¡Hijos! Si supierais la belleza de un alma en gracia, una sola, diríais asombrados: “¡Pues claro que merecía la pena!”

Y es que el Cielo está contenido en el alma en estado de gracia y amistad con Dios, de la misma manera que la encina está en la bellota, y una rama con todas sus flores, frutos y nuevas semillas, está en la yema que duerme hasta la próxima primavera, esperando el último día, en que se manifestará Mi Hijo Jesús, y Yo Le prepararé el camino…

Hijos, instruiros y tratad de conocer bien, con lo que sabéis, pero sobre todo meditando con el corazón ante el Sagrario, este tesoro de la Gracia santificante, que os consiguió Mi Jesús, que os hace verdaderos hijos de Dios y herederos del Cielo con Él. Si no investigáis ni meditáis, os puede suceder como aquél que encontró en un campo de batalla una joya de inestimable valor perdida por un rey. No supo apreciarla, y la vendió por una libra. Poco después, el que se la compró, la revendía por 20.000 libras.

En fin, hijos, que el infierno es, sobre todo, la pérdida de este tesoro, y por la propia culpa. Aumentad los grados de gracia y virtudes, y ponedlos en Mis manos. Os bendigo. Quedad en paz. Así sea.

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