466 29/04/16 De Mª.Stmª. ¡CONTEMPLAD EL AMOR!

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado: ¡Contemplad! ¡Contemplad el Amor! Mirad el que tuvo Cristo por Su Esposa, la Iglesia, y para ello os pondré algún ejemplo:

¿Cómo creéis que sufrió Abraham la muerte de Sara, su esposa?… ¡Hubiera preferido morir él, y aún dar mil vidas que tuviera, antes de verla sufrir y morir!… lo mismo puede decirse, no sólo de otros patriarcas y padres santos respecto a sus cónyuges, sino de todos cuantos vivieron amando, aunque os sean desconocidos.

No era Voluntad de Dios que dieran la vida por sus esposas, pero, lo que a ellos les fue imposible, no lo fue para Dios, y así vino el Hijo del Hombre a encarnarse en Mis entrañas… a Él sí le estaba reservado dar la vida, y mil vidas renovadas en cada Misa, por Su Esposa, la Iglesia, por los justos y pecadores arrepentidos que se lo agradecerían, y también por aquellos que Le ignoraban y rechazaban…

Y es que el que ama, hijos, sufre por la persona amada, está atento a lo que necesita, la rodea de cariño, quiere verla feliz, se mueve a compasión ante sus miserias, tiene misericordia de sus llagas, excusa sus faltas, e intercede por sus pecados… En resumen, sufre por él, no se mira a sí mismo, mira a su próximo, y desea y procura lo mejor para él, aún a su costa, se olvida de su esfuerzo y hasta de su reputación, la vergüenza que por él pudiera pasar, como el buen samaritano. (Lc 10, 25-37)

El que no ama, busca no sufrir nada, pasa del próximo, le es indiferente e incluso le odia… Se mira a sí mismo, y a sí mismo se encuentra, con todas sus miserias y pecados… eso es lo que ama, su comodidad, su tranquilidad, su bienestar… ¡No! Hay que mirar, amando, a Dios, y por Él, al próximo. El que no ama al próximo, a quien ve, imagen de Dios, no puede amar a Dios, a quien no ve… (1Jn, 4, 20)

¡Bendecid, pues, a Dios, que os dio el sufrimiento como medio para amar, y señal de que amáis! ¡Bendecidle si sufrís, y porque no os faltará la oportunidad de amar, en un encuentro con Él, en la hora suprema! ¡Bendecidle! Y Yo os bendigo como Madre. Invocadme para cuando os llegue esa hora. Quedad en paz. Así sea.

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