112.- 20/09/2012 De Jesús, EXCUSAD A VUESTRO PRÓJIMO

Queridos hijos de Mi Sacratísimo Corazón, no juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados, perdonad, excusad las conductas ajenas, y seréis perdonados vosotros. (Lc. 6, 37) Yo, Jesús, vuestro Hermano mayor, primogénito entre muchos, (Rom. 8, 29)  os hablo.

Sí, os lo repito, aunque os parezca más que evidente, se han protestantizado, son así desde que eran chiquitillos, no conocen otra cosa, excusadlos. Os muestran con sus obras su fe, mirad bien cuáles son vuestras obras. (Stg. 2, 14-26)

Por eso, olvidaos de ese refrán que habéis acuñado y que no Me gusta nada: “Iglesia socializante, medio protestante”, porque sólo Yo juzgo entre vosotros y ellos.

No discutáis con ellos, no los convenceréis, son como animalitos en su hábitat, ¿Estáis a gusto en vuestra casa? Pues ellos, en la suya. Ya sabéis, amadlos como a hermanos vuestros muy queridos de Mí, como templos donde mora Mi Espíritu, el cual, con sus tiernas y suplicantes voces, está deseando llevarlos a la Verdad plena, e incluso mostrarles las cosas venideras. (Jn. 16, 13)

Y amadles, ayudad a Mi Espíritu amándoles hasta que os duela, hasta llorar de Amor, de pura caridad, ved sus Misas, en sus iglesias sin reclinatorios ni agua bendita, donde se usa poco el confesionario y se comulga en la mano… ¡Qué horror, no lo sabéis bien! Es peor que el aborto, porque en el aborto se mata el cuerpo de un niño inocente e indefenso, pero con la comunión en la mano se destruye la fe de muchísimas almas en Mi Palabra cumplida, que soy Yo mismo en el Santísimo Sacramento del Altar, y por tanto, se inutiliza toda la obra de salvación que hicimos desde la Creación del mundo. Yo, Jesús, os hablo. No os extrañe, pues, que muchos de ellos se hagan socialistas o comunistas finos, o tengan un Buda en sus casas en puesto de honor, y que los veranos sean los inviernos de su alma, donde no van a Misa ni los domingos, si están fuera. Yo, Jesús, os hablo.

Excusadlos, oradme por ellos y mirad por vosotros, que juzgo a ambos. Cualquier alma, si Me ha conocido en verdad, se siente el más pecador de todos y no excusa su pecado, cambia totalmente de vida, rechaza el pecado mismo por haberme ofendido a Mí, se entrega a Mi Misericordia y pide clemencia y compasión, tal como es. Este es el verdadero arrepentimiento. El que Me necesita, llama a Mi puerta y Yo le abro. (Mt. 7, 7)  Quien lamenta el pecado por sus consecuencias, como si le hubiera fallado el coche o tropezase con una piedra y la maldijera, no está arrepentido y Me rechaza.

Yo, Jesús, he hablado y os bendigo para animaros a poner en práctica el acto de amor y compasión por vuestro próximo hasta que os duela. Quedad en paz. Así sea. 

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