111.- 15/09/2012 De María Stmª. MEDITAD MIS SIETE DOLORES

Queridos hijos de Mi Corazón Inmaculado: Vosotros, que pasáis por el camino de esta vida de paso, contemplad y ved si hay dolor semejante a Mi dolor. Yo, María, vuestra Madre, con toda dulzura deseo llevaros a contemplar la Pasión de Mi Hijo, causa de vuestra salvación, para que os salvéis.

Desde antes de tenerlo en Mi seno, sabía el sentido de las Escrituras, sabía de qué clase iba a ser nuestro Salvador, un Varón de Dolores, hecho al sufrimiento, (Is. 53) y por eso no Me importó sufrir, y quería ser la Esclava de Su Madre…

Y cuando Le tuve en Mi seno… ¡Qué alegría, qué adoración más grande, qué humildad y qué ansias de servirle hasta la muerte pasé por Él! Todo Me parecía poco, pero en la profecía de Simeón se Me revelaron uno por uno los padecimientos de Jesús, y Él tuvo que darme fuerzas, y Yo no Me eché atrás, Me consagré en cuerpo y alma a esta misión en el puesto que Dios Me asignó, sin salirme un límite, todo Mi ser vibraba por la Gloria y Reparación a Dios, hasta el último pelo, hasta la última gota de Mi sangre.

Y aún, incluso ya resucitado, Me abrazaba a la Cruz, Le adoraba en el Huerto de Getsemaní, en los clavos y en la corona de espinas, y besaba el sepulcro glorioso… Quería seguir sufriendo, quería completar en Mi carne lo que faltaba a Su Pasión, quería seguir sus pasos, veía las almas de los que se condenaban con inmenso dolor, y aún ahora, desde el Cielo, estoy triste porque veo el satanismo de los que imponen la comunión en la mano, de los que matan cuerpos y almas inocentes, no puedo descansar hasta que se salven todos los elegidos, hijos Míos.

Meditad en Mis Siete Dolores, es igual que asociaros a la Pasión de Mi Hijo, y pedid fuerza y gracia para estar alegres, muy alegres, en el fondo de vuestro corazón, si el Señor, por Su infinita Misericordia, os concede participar minimamente en ella, pues más, mucho más gozosos, estaréis en la otra vida. Es como monedas de gran valor en una hucha que ahora ignoráis, pero cuyo interés se multiplica al ciento por uno. Pedid gracia para soportar desprecios y humillaciones, pedídmela a Mí, que nada Me niega el Señor.

Yo os bendigo como Madre vuestra, e imploro la bendición de Mi Hijo con esta intención. Quedad en paz. Así sea. 

Publicado en .

Deja un comentario